Fragmentos escogidos de Grafitos
(de Manuel González Prada)
Religión:
A la falsa religión
Que me dé felicidad
Yo Prefiero la verdad
Que me parta el corazón.
Pensamientos confinados
En la nave de una iglesia,
Creen hablar y balbucen,
Creen volar y rastrean.
La más famosa pasada
Que el sacerdote nos juega:
Pronosticarnos el Cielo
Y arrebatarnos la Tierra.
Si van a misa el tonto y el pelmazo,
Nada me importa o me produce risa:
Lo que no acepto, lo que yo rechazo,
Es que me obliguen a pagar la misa.
Desde la aurora del tiempo,
Desde la infancia del Orbe,
La hegemonía del mundo
Entregamos a los Dioses:
Fuimos títeres movidos
Por misteriosos resortes.
Pues de bisoños o malos
Nos dieron prueba los Dioses,
Pues con ellos fue la vida
Circo de muerte y horrores,
De nuestra dicha en la Tierra
Ocupémonos los hombres.
Podría ser la religión
Un fuerte vínculo social,
Si los santos gastaran más jabón,
Si la virtud oliera menos mal.
Lo que ayer llamó la Iglesia
Herejías detestables
Va quedando convertido
En científicas verdades.
Pobre Iglesia, nada puedes
Con el gastado señuelo
De ofrecer al hombre un cielo:
Ayer pescabas con redes,
Hoy apenas con anzuelo.
Lo que encierras en ti de Paganismo,
Eso te hace durar, oh Cristianismo.
Si miras con tus ojos, si eres libre,
Si ríes de milagros y misterios,
No abrigues esperanza: en la otra vida
Padecerás las llamas del infierno.
Mas si pides bromuro, ducha y jaula
O necesitas de cebada y freno,
No te amilanes: en el otro mundo
Disfrutarás la palma de los cielos.
El santo de hoy no opera como el santo
Que al pobre daba la mitad del manto,
El santo de hoy, si el frío le acongoja,
De todo nuestro manto nos despoja.
Si no media gran distancia
De los hombres a los monos,
Si vino Dios a la Tierra
Para morir por nosotros
¿No habrá también descendido
Para morir por los monos?
Para efectuarse un milagro
Muchas cosas se requieren,
Siendo siempre indispensables
Un bribón y mucho imbécil.
Sólo queda el formulismo,
Muerta en las almas la Fe:
El moderno Cristianismo
Es un cadáver de pie.
Conozco gentes muy buenas
Que hacen bien y alivian penas,
Sin acordarse de Dios;
Y sé de mil perdularios
Que entre misas y rosarios
Dan un duro y quitan dos.
Vencida ya, la Iglesia arroja
Tonantes nubes de palabras:
Mastín atado a la cadena,
No muerde; sólo gruñe y ladra.
Si un hombre se me acerca
Hablándome de Dios,
Yo digo en mis adentros:
Peligra mi reloj.
Ayer gustaba Dios de los suplicios,
Bebía sangre, y otorgaba el cielo
Al tostador de impíos y de herejes,
Al sandio rezador de padrenuestros.
No sé si hoy día pasará lo mismo;
Mas ¡qué cara pondrán los altareros,
Si Dios hubiera dado en volteriano
Y rechazara hipócritas del cielo!
Reímos hoy del fetichista egipcio
Que en los nabos y coles de sus huertos
Almacenaba provisión de Dioses...
¡Alimenticia provisión al menos!
Mas nos reímos del vulgar sectario
Que vivos tiene los errores muertos,
Y en un disco de pan sin levadura
Guarda un Dios indigesto.
Ese Dios que nunca siente
El clamor de cuantos gimen
Es el cómplice del crimen
O el testigo indiferente.
¿De qué dicha vas en pos
Oh mezquina Humanidad?
Ya flota en la inmensidad
El esqueleto de Dios.
Caridad a lo cristiano
Según las leyes de Dios:
Dar con una mano,
Quitar con las dos.
Caridad al modo impío,
De hombre sin ley y sin Dios:
Ni tuyo ni mío,
Todo de los dos.
La creencia prudente y acertada,
La más segura, no creer en nada.
Riqueza y Miseria:
-¿Por qué les deja un millón
A los pobres don Gaspar?
-Por una sola razón:
No se lo puede llevar.
Al vocal de la Suprema
Que en la tumba guardan hoy
La ha faltado buena muerte
Para ser el buen ladrón.
Enfermo caes; la vecina
Te da veneno por quinina,
Con una pócima te mata.
Avaro, alégrate y repica:
Ahorras médico y botica,
Recibes muerte muy barata.
Empezó don N.N.
Por salteador de caminos
Y concluyó por banquero...
¡Lo que es amar el oficio!
A la tumba desciendes,
Y hasta en la tumba seguirás avaro:
Simple armazón de huesos,
No darás de comer ni a los gusanos.
Deja el todo para mí:
Si a ladrón te inclina Dios,
Echa el garfio para dos,
Para el juez y para ti.
Un ricacho muy glotón
Quiere engullir tal bocado
Que se le queda atorado
A la mitad del cañón.
Manotea, gesticula;
Desorbitados los ojos,
Los carrillos todos rojos,
El buen hombre se estrangula.
Mas entre mil aspavientos
Y contorsiones de mico,
Logra lanzar del hocico
Una bala de a quinientos.
Luego dirán los hambrientos
Que todo es ganga en el rico.
Aquí reposa el buen...Está borrado.
Como se trata de un banquero, voy
A restaurar el epitafio:
Aquí reposa el mal ladrón.
Baños de mar a Gaspar
Ha recetado el doctor...
De esta vez se empuerca el mar.
Nunca fue la devoción
Enemiga del dinero:
Dijo avaro y cicatero
El que dijo santurrón.
En todo banco digno de crédito,
Para resguardo del accionista,
Hay un Consejo de Vigilancia
Yo me pregunto ¿quién lo vigila?
Se paga el bautismo al nacer,
Se paga el entierro al morir;
Comedia o tragedia vivir,
Nos piden boleto al entrar,
Nos piden también al salir.
No has cumplido aún los siete
Y ya robas a tu padre:
Te pronostico, granuja,
Que serás buen comerciante.
Cierto señor (que mencionar no quiero)
Desollador eterno de la gente,
Ya el oficio dejó de maldiciente
Por la noble carrera de usurero.
Es ya el mayor garduña entre garduñas
Y coge el oro sin temer la mengua,
Pues si honras desollaba son la lengua
Hoy desuella bolsillos con las uñas.
Sé pobre, y no comerás;
Sé rico, y no dormirás.
En este mundo maldito
Ninguno vive contento:
Unos piden alimento,
Otros quieren apetito.
Viene el noble del bandido,
Y una antigua propiedad
Es un robo cometido
En remota antigüedad.
Ideal de fiscales
Contribuciones:
Hacer que por los ricos
Paguen los pobres.
¿Roba al rico el paupérrimo? Cuestión
De simple y natural restitución.
Tú que a duras penas tienes
Para el abrigo y el pan,
Observa bien el ahorro
Y en tu vejez gozarás
Los seguros intereses
De un pequeño capital.
Sustraer un pañuelo
Es practicar un indecente robo;
Sorberse los millones del Estado
Es consumar un lícito negocio.
La Bolsa
La más prolífica invención
Que se pudiera imaginar:
Pública escuela de robar
Sin escala ni efracción.
Dar a cada prójimo
Conforme a su esfuerzo
Consecuencia lógica:
Para el débil, cero.
Medio millón ha testado
El político Ginés;
Si no fue Ministro un mes,
Negoció con el Estado.
Para hacer del libertario
Un profesor de moral
Y un burgués retardatario,
Hay un medio radical:
Convertirle en propietario.
Oh sociólogo profundo,
Admiración del burgués,
Tú que sabes lo insabible,
Tú me vas a responder:
-¿Por qué los unos ayunan
Y los otros comen bien?
¿Por qué a los unos el bodrio
Y a los otros el pastel?
Cuando concluyan los hombres,
Cuando queden sólo dos,
Alumbrarán las estrellas
Un robado y un ladrón.
El Poder y la Revolución:
El monarca, todo; el pueblo,
Un ovejuno montó:
No hay historia del rebaño
Sino historia del pastor.
Cuando predice la bonanza el físico,
Asoma la tormenta;
Cuando afirma la paz el diplomático,
Viene la guerra.
Medio seguro de vivir felices:
Ser chatos, soberanamente chatos,
Y no ver más allá de las narices.
No ser odiado te produce júbilo;
Mas yo te doy el pésame:
Quien no suscita el odio de los pícaros
Vegeta en la legión de los imbéciles.
-Por hacer saludos, quiébrase
Aquel meloso y petulante zángano,
Más vacío que un canónigo.
-Pues no hay más que nombrarle diplomático.
Orgullo no te cause el patriotismo,
Que son también patriotas
Que aman sus escondrijos y sus peñas
Los topos y las ostras.
El Escorial
¡Qué de mármol y granito
Para encerrar tanto lodo!
Edificio-paquidermo
Para tumba de microbios.
¿Mata Paco a su rival?
¡Asesino de montón!
¿Mata César a un millón?
¿Excelente general!
Se reduce la moral
A numérica cuestión:
El mal en grande no es mal.
Marchar en tropa, obedientes.
Sin mirar más que los ciegos,
Sin alzar nunca las frentes,
Es costumbre de borregos...
Y también de algunas gentes.
Hombres hay que se eternizan,
Hombres hay que nunca mueren,
No por útiles ni buenos,
Porque dan asco a la muerte.
Lo que ayer sanciona el mundo
Hoy lo veda o lo denigra,
Y lo que hoy titula infamia
Llama nobleza otro día.
¿Qué la virtud? concesiones
A la vulgar estulticia
De su tribu y de su bosque,
De su patria y su familia.
No pasa el hombre virtuoso
De un cobarde oportunista.
No desempolves orígenes
Ni desentierres difuntos:
Ve que en tu árbol genealógico
Toparás con el verdugo.
-¡La vida o la bolsa!
En el bosque el bandido nos grita.
Nos dice el Estado:
-¡Venga todo: la bolsa y la vida!
Tanto, oh pícaro, has bajado
En nobleza y dignidad
Que te miras instalado
En la cúspide social.
Del Príncipe consorte
Al último vasallo,
En todo miembro de una corte
Hay la vileza de un lacayo.
La idea todo lo crea,
Al mundo rige la idea:
Concedido, si se anota:
Al no quedar enterrada
En el filo de una espada
O en el taco de una bota.
Socialismo de Estado
El Estado, el buen porquero;
La muchedumbre, la piara:
Paz de vientre en la zahurda,
Cada quisque a su pitanza.
Rey de pifia y mojiganga,
Con la púrpura en los hombros,
Los andrajos en el alma.
Donde imponga ley el clérigo
Y domine el militar,
No se busque nunca un átomo
De justicia y libertad.
Será la Tierra un enjambre
De tiranos y de siervos,
Mientras vibren dos palabras:
Resignación y respeto.
¡Qué bien lo repetía
Un sabio de la Grecia!
No hay un rey que no venga de un esclavo
Ni hay un esclavo que de un rey no venga.
De cualquier manera o modo,
El orden antes que todo...
(Este posee fincas y acciones).
-¡Guerra, si la guerra inicia
El reinar de la justicia!...
(Este no tiene pan ni calzones).
Denle fuerzas al carnero
Y degüella al carnicero.
Oh virgen roja, oh Libertad del mundo,
No te engendró la huera Salamanca
En pedantesco, doctoral concilio
Ni fue tu cuna la prisión del aula.
Hija tú del valor y de la fuerza,
Naciste en la ardorosa barricada
Entre el ronco alarido de las turbas
Y el áspero silbido de las balas.
Tontos con humos de cuerdos
Han caído en la manía
De amancillar la Anarquía:
Nadie exige de los cerdos
Afición a la ambrosía.
Oh profesor de blandura y clemencia,
Doy tu piedad estrambótica al Diablo:
No te horroriza matar las palomas,
Y llamas crimen a herir al tirano.
Querer con silogismos
Desarraigar lo malo
Es colar sinapismos
A una pierna de palo.
Donde un Zar dragonea
Y un Sultán decapita,
Hay una panacea:
La santa dinamita.
Solitarios y mudos vegetan en la sombra;
Mas surgen de repente, vibran el rayo y matan,
Que son los inflexibles, los nobles justicieros,
No viles instrumentos del odio y la venganza.
Si odiados y malditos afrontan hoy la muerte,
Ya tendrán en un siglo de luz y de otras razas
La gloria y la apoteosis, que en ellos ve la Tierra
Los héroes del futuro, los Cristos del mañana.
Gregaria, vulgar muchedumbre,
Esclava de eternos errores,
Tus leyes no tengo por leyes,
Tus dioses no tengo por dioses.
No sabes de impulsos rebeldes
Ni orgullos viriles conoces;
Que besas la mano del fuerte,
Adoras cadena y azote.
Yo no rindo a nadie pecho
Y todo yugo rechazo,
Que donde llega mi brazo,
Llega también mi derecho.
Misericordia universal;
A todos, lástima y amor:
El más efímero animal
Tiene su vida y su dolor.
La especie, nada; el individuo, todo.
El sabio así lo dijo.
La multitud responderá mañana:
Nada, el Estado; todo, el individuo.
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